viernes, 20 de marzo de 2009

El principio


Al principio no había nada…
Muchas culturas coinciden en esto al referirse a su origen, como si hubiera estado grabado en nuestro disco duro desde el momento de la concepción. Luego, explican nuestros antecesores, el creador supremo crea el mundo tal como lo conocemos e introduce la vida.

El ser humano, como ser pensante, ha demostrado desde siempre un profundo interés por explicar lo inexplicable. Se refiere a si mismo como un reflejo de divinidad y no como el manojo de errores que somos. La teoría evolucionista se dio a conocer hace apenas unos años, y aunque coincide con el pensamiento mítico de tener origen en los elementos de la tierra, no se había considerado sino hasta la época científica humanista.

Nos es inconcebible pensar que hemos existido desde siempre, incluso la ciencia dicta que el principio de este hermoso misterio que llamamos vida tuvo algún comienzo, y tendrá algún final. Y aunque no somos los primeros en poder llamar a esta esfera hogar, somos los únicos que buscan descifrar el enigma de nuestra existencia. Las versiones de nuestro origen, aunque parecidas, son numerosas. Si hay algo en lo que todas concuerdan, es que no somos más que inquilinos en la creación ajena.

¿Quién es la mente maestra detrás de esta obra de arte? Varía según la posición geográfica, ya que para los griegos, fueron Caos y Gea, para los hebreos fue Dios y el Espíritu Santo, para los mayas fueron Ixpiyacoc e Ixmucane, por mencionar algunos. Se puede asumir, que la idea de un ser supremo viene intrínsicamente en todo hombre y mujer, como un instinto. El ser humano necesita un ser supremo para vivir, o al menos para buscar ser feliz.

Los fenómenos de la naturaleza han sido explicados a través de los siglos con magia, mitos o milagros. El hombre cree que su propósito es adorar a un ser todopoderoso, y esto se ve reflejado en las ideas que diferentes culturas tiene en común. Para ejemplificar esto, podemos tomar dos cuya localidad se encuentra entre los pares mas alejados de si mismos. Los mayas y los hebreos, en sus libros sagrados, el Pupol Vuh y la Biblia, respectivamente, demuestran ser similares en algunos aspectos:

En el Génesis, la Biblia dice: “Dios en el principio creo los cielos y la tierra. La tierra era un caos total, las tinieblas cubrían el abismo, y el Espíritu de Dios iba y venia sobre la superficie de las aguas”
Cuando leemos en Popol Vuh encontramos: “Al principio, todo estaba en suspenso, en calma y en silencio. Todo estaba sin movimiento porque toda la extensión del cielo estaba vacía. No había gente, animales, pájaros, peces, cangrejos, piedras, barrancos ni montañas; solamente estaba el cielo allí sin nada”

En ambos casos podemos ver que la tierra, los astros e incluso la luz, no han existido siempre. Un ser supremo tuvo que decidir crear y ordenar el caos. Incluso, lo podríamos comparar con la idea del Big Bang, en donde todo, nuevamente, era caos, hasta la expansión.


Popol Vuh: “Hagamos criaturas inteligentes y respetuosas que nos alaben y nos sustenten”
Biblia: “Fuimos predestinados para ser adoptados como hijos suyos, para alabanza de su gloria”

Tanto Dios como Ixpiyacoc necesitaban un ser que los alabara, creando al hombre y su respectiva mujer. No sin antes crear y adornar el mundo para que los humanos vivieran cómodos. Así que el hombre crece con la idea de que la divinidad necesita de nosotros tanto como nosotros necesitamos de ellos.

Popol Vuh: “ Tepew y Q’ik’umatz se reunieron y juntaron sus palabras y sus pensamientos…Tierra! Dijeron, y al instante fue hecha la tierra.”
Biblia: ”Y Dios dijo: 'que exista la y la luz' llego a existir”

Se encuentra aquí una similitud aunque no obvia, importante. El lenguaje es lo que nos distingue de los animales, y así se hace ver explícitamente en la literatura sagrada. Ambos creadores logran la majestuosidad del mundo con sólo hablarlo. Y se dice que Dios es el verbo y Ixpiyacoc es la palabra, que se pueden analizar como sinónimos.

En la necesidad dar explicaciones, también es importante mencionar la importancia que el pensamiento mágico juega. La naturaleza del ser humano es buscar conocimiento durante toda su vida. Poder explicar lo inexplicable. Y al no tener cómo explicarse los fenómenos naturales, se les atribuían mitos y personajes míticos, todos creados y guiados por el ser supremo.


Alexandra

1 comentario:

  1. Interesante tema, siempre nos hemos peguntado de dónde venimos y hacia dónde vamos y creo que es una respuesta que dependerá de la cultura y de muchos otros factores, según cada persona.

    Creo que todos nacemos con la necesidad de creer en algo o en alguien para ser felices, en un ser supremo que haya sido capaz de crearnos y crear todo lo que nos rodea. Pero en lo personal, creo que Dios no necesita de un ser que le alabe como se menciona en el texto, sólo nosotros necesitamos de Él.
    Interesante pero encontré varias faltas de ortografía. Lean y relean sus textos y publíquenlos hasta que queden nítidos.

    LAuxiliar, Crista Luna

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